Por estas horas se sigue desarrollando la crisis de alto impacto que afecta al gobierno libertario, particularmente al presidente Javier Milei y su entorno más cercano. Es que luego de la velada crítica que esbozo ayer el vocero Manuel Adorni contra el asesor y mano derecha del presidente, Santiago Caputo, al plantear que había sido un error cortar la nota en la que Milei era entrevistado por Jonatan Viale. Ahora se sumó a las críticas el jefe de gabinete Guillermo Francos.
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El ex cavallista fue categórico al comentar que «al presidente le pareció una irresponsabilidad» y profundizó: «el Presidente se enojó, por supuesto. Se enojó sin saber que esa parte iba a salir al aire. Se enojó con Caputo, le pareció una irresponsabilidad que interrumpiera sin ningún acuerdo previo con el conductor del programa, y que además interrumpiera para una estupidez».
Luego comentó que «me parece que Santiago Caputo ha aprendido una lección y es que nadie es superpoderoso», en relación al hombre que hoy tiene un rol clave en buena parte del gabinete, así como en manejo de la Secretaría de Inteligencia del estado.
Más allá de la interna y las acusaciones sobre la responsabilidad por la crisis en curso, donde día a día se suceden nuevos «carpetazos», el intento de responsabilizar a funcionarios con o sin cargo, como en el caso de Santiago Caputo, responde a un intento por eludir la responsabilidad del propio presidente en esta estafa de proporciones.
El tuit que desató la estafa, la entrevista plagada de contradicciones, las preguntas que siguen sin respuesta, todas caben sobre la figura presidencial en un caso de repercusión internacional.
Queda cada vez más en evidencia la podredumbre del conjunto de un régimen podrido hasta los cimientos. Es fundamental desarrollar la movilización en las calles para impugnar el conjunto del plan de ajuste de este rejunte de estafadores.