Navegó a la Antártida, descubrió el poder del silencio y detalló cómo fue vivir con nueve amigos en un velero

Compartir:

La Antártida es un misterio cautivante. Ese continente blanco, lejano y del que poco se conoce, sigue siendo hasta hoy en día un escenario asombroso, incluso para los viajeros más avezados. Marko Magister, fotógrafo y filmmaker de 38 años, se adentró en un viaje de un mes a bordo de un velero por ese gélido territorio y mostró todos los detalles de su travesía en sus redes sociales. Sus videos son hipnóticos por la opulencia de su entorno, y el creador de contenido logra generar la atmosfera justa para que el espectador se sienta navegando junto a él desde la comodidad de su celular. Gracias a estos clips creció más de 40 mil seguidores en solo unas semanas en su cuenta de Instagram.

Los 9 tripulantes pasaron un mes recorriendo la Antártida (Foto: Gentileza Marko Magister)

Marko es lo que podría llamarse un alma viajera y gracias a su trabajo en la productora BigAir Factory ya visitó más de 40 países del mundo para realizar distintos documentales y proyectos audiovisuales. De su Bariloche natal – lugar que calificó como “el mejor del mundo”- lleva consigo ese gusto por la naturaleza y los deportes de invierno, y exactamente eso fue a buscar a la Antártida: a empaparse de su nieve y sus témpanos y a esquiar en las montañas del Polo Sur.

Marko retrató el día a día de su viaje en las redes sociales

“Fue un viaje muy intenso y un sueño cumplido”, aseguró en diálogo con LA NACION y detalló cómo fue su viaje. Viajó en el barco Ypake II, un velero de unos 20 metros, capitaneado por el experimentado Ezequiel Sundblad, que ya había estado varias veces en el continente blanco. La embarcación es especial, ya que está hecha de un duro metal por el peligro que implica el hielo flotando.

“Los veleros que van a la Antártida son barcos de metal, si le pegas a algo no pasa nada. Como no está mapeado el fondo, no se sabe donde hay rocas o donde se puede entrar, hay que ir explorando”, contó Marko, que compartió la travesía junto a nueve amigos, siete argentinos y dos australianos. Partieron desde Ushuaia, Tierra del Fuego, y cruzaron los 1000 kms del temido pasaje de Drake, conocido por sus aguas turbulentas y sus olas gigantescas.

El clima estuvo fuerte los primeros 3 o 4 días del cruce y el barco se movió bastante, pero es relativo. Estoy acostumbrado a navegar, crucé el Atlántico dos veces”, reconoció. La primera parada del grupo fueron las islas Shetland del Sur, un archipiélago del océano Antártico situado a unos 120 km de distancia de las costas de la península.

El paisaje es imponente en la Antártida (Foto: Gentileza Marko Magister)

“Fuimos a la isla Decepción, que tenía una base ballenera abandonada y dos bases activas, una argentina y una española. Es un cráter de un volcán, es muy segura para ir y queda bien para llegar porque te podés esconder con el agua calma”, aclaró. Estas islas fueron solamente un tentempié para lo que sería su viaje, ya que luego Marko y su grupo desembarcarían en decenas de lugares en el continente antártico.

“Bajamos hasta el continente y fue una locura. Fue el lugar que más me impactó visualmente, es todo hielo, nieve, naturaleza en estado puro. Experimentar algo tan inhóspito y tan natural me encanta, es darle rienda a la faceta de explorador. Realmente es un privilegio estar ahí”, aseguró el viajero y destacó un detalle que más lo sorprendió, que quizás no todos notarían: el silencio. “La Antártida es el silencio, cuando no hay viento hay silencio total, es tan fuerte la sensación que te abruma. Es como si fuera otro planeta directamente”, opinó.

El fotógrafo cautivó a su público con las imágenes del continente blanco

Marko aseguró que hay “mucha desinformación” sobre el continente antártico y este viaje le permitió conocer en profundidad sus vericuetos. “Pensaba que un desierto de hielo y no es así. Hay montañas muy altas, con cumbres de 3000 metros, y están muy cerca del mar. Es un terreno muy particular, es como estar en la cima del Himalaya, pero a nivel del mar”, ejemplificó.

Gracias al velero pudieron moverse por varios lugares del continente (Foto: Gentileza Marko Magister)

“La fauna es increíble, a diferencia de otro lugar del mundo, los animales no te tienen miedo porque acá no hay presencia humana. Te sorprende tenerlos tan cerca, se acercan ellos”, contó y enumeró que vio pingüinos, focas, elefantes marinos, aves y ballenas, entre otros.

Según contó, no había tanta nieve como esperaron y el clima “estuvo increíble”. En los trekkings por el lugar el mayor peligro eran las grietas en el hielo, por eso iban con cuerdas, atados entre los integrantes del grupo. Por el hielo duro no había peligro de avalanchas, le explicó uno de sus amigos, que trabaja como guía turístico en El Chaltén, en la provincia de Santa Cruz.

Junto a sus compañeros, Mirko emprendió caminatas por el territorio y mostró todos los detalles. En sus videos se lo ve esquiando por las montañas, caminando por el inmenso hielo y hasta bañándose en las gélidas aguas antárticas.

Sumó decenas de miles de seguidores gracias a este contenido

El fotógrafo no pensaba filmar su día a día, pero un amigo lo animó y así comenzó a publicar un video diario. Sin buscarlo, se volvió muy popular en las redes sociales por la calidad de las imágenes. “No soy influencer, usaba mi Instagram de porfolio. Empecé a subir los videos porque me dijo un amigo y no sé qué pasó que se hizo viral. Cuando salí tenía 8 mil seguidores y ahora pasé los 50 mil. Busco mostrar esa parte que no se ve, lo inmediato, la vida cotidiana en el barco”, contó.

La Antártida se encuentra bajo una estricta protección a partir del Tratado Antártico, firmado en 1959. En el continente blanco se permite la investigación científica y el turismo, pero el resguardo ambiental es una obligación, por eso tuvieron que pasar por un proceso de aprobación por parte de la Dirección Nacional del Antártico antes de poder viajar.

“Al mostrar este lugar también lo hago con un poco el miedo de que lo arruine el turismo. Hay muchas amenazas, hay que protegerlo. Busco que la gente vea lo que tenemos para que lo podamos proteger. Son ambientes muy vulnerables”, aseveró y contó que el cambio climático ya está erosionando el escenario natural: “Vimos pasto en algunos lugares y donde antes había hielo ahora no lo hay”, alertó.

La Antártida es un lugar lejano y poco conocido para el público

La travesía a la Antártida no es todo color de rosas. Vivir un mes en un barco junto a ocho personas puede ser todo un desafío hasta para el viajero más experimentado. “Vivir en un barco es un experimento, tu mundo se reduce a un lugar muy pequeño. Todo lo que hagas lo va a tener un impacto, desde comer algo y generar basura hasta las relaciones personales, si te peleas no te podés bajar”, aseguró.

Ante las inclemencias del clima y la lejanía de los seres queridos, hay una cosa cotidiana que se vuelve fundamental: la comida. “El alimento no fue un problema, comimos muy rico, desde cordero y empanadas hasta frutas y verduras, que se mantuvieron por el clima frío”, recordó.

Para Marko fue un «sueño cumplido» conocer la Antártida (Foto: Gentileza Marko Magister)

Quizás la dificultad más dura del viaje fue que pudo ducharse solo dos veces en el barco en todo el mes. “Por eso me tiré al agua helada, aunque sea salada, era una forma de refrescarse”, dijo entre risas. Marko pudo cumplir su sueño de visitar el continente blanco y atrapó a sus seguidores con su contenido. Resta saber cuál será su próxima aventura y cómo mantendrá satisfecha a su nueva comunidad deseosa de ver los paisajes más increíbles del mundo.

Seguí leyendo

También puede interesarte

Llantos, abrazos y emoción: la reacción de los policías que nunca dejaron de buscar a su compañera

La noticia más esperada llegó poco después de las 9 de la mañana, cuando se confirmó que la...

La FIFA sancionó a la selección de Malasia y hay tres jugadores argentinos involucrados

17/12/2025 11:55hs.La polémica de los futbolistas argentinos convocados por la selección de Malasia continúa. Imanol Machuca (Vélez), ...