McCain invertirá 100 millones de dólares en Argentina para modernizar su planta en Balcarce

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En el marco de su 30° aniversario en Argentina, McCain Foods anunció una ambiciosa hoja de ruta para los próximos cinco años que incluirá una inversión proyectada de 100 millones de dólares destinada a incorporar tecnología, mejorar la eficiencia operativa y fortalecer su posicionamiento exportador en su planta ubicada en Balcarce, provincia de Buenos Aires.

“Lo que tenemos proyectado son 100 millones en los próximos cinco años, ya habiendo invertido más de u$s 300 millones desde 1995 en que comenzó a operar la fábrica en el país», anunció Luciano Pasqualini, Director de la Planta de Balcarce, en ocasión de la celebración por las 3 décadas de funcionamiento de la planta en el país. Además, en su presentación explicó que «el foco estará puesto en la recepción y manejo de materia prima, para ganar competitividad y eficiencia, y también en la tecnología aplicada en el área de envasado del producto”.

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Desde su desembarco en el país a mediados de los ’90, McCain lleva invertidos más de 320 millones de dólares, consolidándose como líder del segmento de papas prefritas congeladas, con dos tercios de participación de mercado y presencia en más del 65% de los restaurantes y supermercados del país. Además, cuenta con un 33% de penetración en hogares y un 89% de top of mind, es decir que 9 de cada 10 consumidores la mencionan cuando se habla de la categoría.

Todos los datos del marketing le resultan positivos, en especial el que explica que 2 de cada 3 papas prefritas congeladas consumidas en el país son de la marca.

El consumo: de 0 a 2,5 kilos y a un futuro sin techo

Pero el camino no estuvo exento de desafíos. El mismo Diego Peña, director general de McCain Cono Sur, recordó que los comienzos no fueron fáciles, en especial para convencer a los consumidores argentinos con un hábito más permeable a la papa fresca de la cual consumen 50 kilos al año. Y aunque hoy el consumo de papa prefrita es apenas de 2,5 kilos, desde la compañía refuerzan la idea de que en 1995 ese consumo era «0».

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Paralelamente, el contexto de hoy no se las pone fácil, porque vienen de una crisis de bolsillos deprimidos. “Entre diciembre y enero llegamos a una estabilidad, ya estamos a niveles previos a los que estábamos vendiendo antes de los meses más importantes de crisis de consumo”, explicó Diego Peña y agregó: “Fue entre un veinte y veinticinco por ciento de caída, no llegamos al treinta, y a partir de abril se inició una recuperación», reconoció al igual que señaló que «Todavía no vemos una aceleración total, aunque lo importante es que logramos recuperar lo que habíamos perdido”.

Peña también subrayó que el impacto se sintió tanto en la gastronomía como en el consumo en hogares: “Muchas veces, cuando hay crisis, el consumidor se retrae del sector congelado. Nosotros estuvimos inmersos en ese clima también”, dijo.

Cómo se compone el mercado argentino de papa prefrita

Argentina produce unos 3 millones de toneladas de papa fresca al año, cultivadas en unas 70.000 hectáreas. De ese total, unas 11.000 hectáreas están destinadas a la industria de papa prefrita congelada. Esta categoría alcanza una producción nacional de 320.000 toneladas anuales, de las cuales más del 70% se exporta.

En el mercado interno, el consumo ronda las 100.000 toneladas al año: el 80% se dirige a gastronomía independiente y la comida rápida y el 20% restante a hogares. El consumo per cápita es de 52 kg de papa fresca y 2,2 kg de papa prefrita congelada. A pesar del crecimiento, la categoría aún tiene un alto potencial de expansión, especialmente en hogares, donde la penetración es del 37%.

Diego Peña (izq) con el intendente de Balcarce, que en representación de la ciudad, inauguró una placa conmemorativa por los 30 años de la firma que es la principal empleadora en esa comunidad.

Un trabajo de años educando a los consumidores

Durante estos 30 años de trabajo, la firma ha logrado también cambiar mucho la percepción del consumidor sobre el producto, aunque aún prevalece la idea de que la góndola de los congelados es para bolsillos más abultados.

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Para desmitificar muchos de los preconceptos, la compañía dio un paso importante para la percepción del consumidor al certificarse como Empresa B, comprometida con altos estándares de desempeño social y ambiental, transparencia y responsabilidad.

En el camino, aparece un punto nada desdeñable para los consumidores, y es que el producto ostenta un packaging sin octógonos negros, en un mercado alimenticio dominado por los «excesos de». «Es papa pura del campo», aseguran como un mantra los responsables de marketing manteniendo su idea de «evangelizar» a los consumidores y que se decanten por probar este producto que vinculan con la frescura, la practicidad, y la calidad,

Una planta modelo en Latinoamérica

Actualmente, la planta de Balcarce procesa unas 400.000 toneladas de papa fresca al año, emplea 750 personas y produce 220.000 toneladas de producto terminado. El 65% de esa producción se exporta, principalmente a Brasil y otros mercados de América Latina. Otro dato sustantivo es que procesa unas 400.000 toneladas de papa fresca con una operación continua 24/7 durante 325 días al año, lo que la sitúa como una planta modelo en la región.

“El 65% de su producción se exporta, principalmente a Brasil y otros mercados latinoamericanos”, explicó Luciano Pasqualini, Director de Planta. Su capacidad de almacenamiento alcanza las 100.000 toneladas de papa fresca (con otras 100.000 toneladas almacenadas fuera de planta) y 11.400 toneladas de producto terminado.

Desde el campo hasta el consumidor, la calidad es un eje central. La planta cuenta con certificaciones internacionales como AIB (American Institute of Baking), ISO 14.001, GFSI (Global Food Safety Initiative) y Global Gap, para sus prácticas de agro, entre otras, que respaldan sus estándares de excelencia y sustentabilidad.

La compañía también anunció que profundizará su trabajo junto a productores locales para continuar mejorando los rendimientos y prácticas agrícolas sustentables. Actualmente, McCain gestiona una red de producción que abarca 7.000 hectáreas de cultivo de papa y ya logró incrementar la productividad de 40 a 60 toneladas por hectárea gracias a la incorporación de tecnologías como riego por pivote y cosecha mecánica.

De cara a los próximos años, la firma apuesta a capitalizar el alto potencial de crecimiento del mercado interno: si bien el consumo de papa fresca per cápita ronda los 52 kg, el de papa prefrita congelada apenas llega a los 2,2 kg, con un fuerte predominio del canal gastronómico. El consumo en hogares representa solo el 20% del total, por lo que se proyecta un camino de expansión. “Estamos listos para seguir creciendo y acompañando a las familias argentinas en sus mesas”, concluyó Peña.

Una firma con más de 70 años de historia desde su nacimiento, pero que sigue siendo familiar

La firma fue fundada a mediados de 1950 en Florenceville, Canadá, por los hermanos McCain y se transformó en una compañía líder a nivel global, pero con características que la hacen singular puesto que conserva su espíritu de una empresa familiar que no ha salido en la búsqueda de capitales en la bolsa. Así, todo crecimiento fue en base a un meticuloso proceso de integración orgánica y vertical, una rara avis en el mundo de hoy pero que bien le permite sostener los valores de familia, autenticidad y calidad en los que hacen foco.

Antes de terminar con la visita a la planta, Diego Peña que lleva 18 años en la firma fue contundente: “Estos 30 años significan mucho más que un número. Es la historia de generaciones de colaboradores comprometidos con la empresa. Una linda historia de crecimiento que nos consolidó como referentes del sector”. Y para la frutilla del postre, participaron 38 miembros de la planta permanente de la firma que se desempeñan desde el 95 cuando la fábrica arrancó el primer motor. Y tal vez sea este el mejor dato de toda la nota, al recordar el aplauso cerrado para esos colaboradores. Porque a las empresas las hacen, sin dudas, las personas.

lr

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