El Congreso de los Estados Unidos aprobó esta semana el ambicioso proyecto de ley de presupuesto presentado por el presidente Donald Trump, marcando un hito en la historia fiscal del país. El paquete, denominado por sus impulsores como el “Big, Beautiful Bill”, representa la mayor reducción impositiva registrada hasta el momento, junto con un recorte sustancial del gasto público y una fuerte apuesta por el orden migratorio y la seguridad nacional.
Con una votación ajustada de 218 a 214 en la Cámara de Representantes, el proyecto se convirtió en una victoria legislativa decisiva para Trump y el liderazgo republicano, encabezado por el presidente de la Cámara, Mike Johnson, y el jefe de la mayoría en el Senado, John Thune.
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Sólo cinco legisladores republicanos votaron en contra —dos en Diputados y tres en el Senado—, donde el voto de desempate fue emitido por el vicepresidente JD Vance.
La ley de presupuesto aprobada bajo el liderazgo del presidente Donald Trump representa un paso decisivo hacia la consolidación de un modelo económico basado en la libertad fiscal, el orden y la responsabilidad del gasto público.
Con una reducción impositiva histórica de $4,5 billones a lo largo de la próxima década, el proyecto consolida y amplía las rebajas fiscales de 2017, eliminando impuestos sobre propinas, horas extra, seguridad social y préstamos para vehículos fabricados en Estados Unidos. Además, establece aumentos permanentes al crédito fiscal por hijos, beneficiando directamente a la clase media trabajadora e incentivando el consumo y la previsibilidad económica.
En línea con una gestión eficiente de los recursos, el plan incluye recortes por $1,2 billones en programas como Medicaid y asistencia alimentaria, introduciendo requisitos laborales más estrictos para acceder a esos beneficios. Esta medida busca reducir el asistencialismo crónico y fomentar la incorporación al empleo formal, en sintonía con una visión de gobierno que prioriza el mérito, el trabajo y la autosuficiencia.
Además, se proyecta una reducción del déficit fiscal estimada en al menos $2 billones, sin afectar áreas estratégicas como la defensa y la seguridad. El presupuesto contempla una inversión de $350.000millones en seguridad nacional, fortaleciendo a organismos como ICE, CBP y Aduanas, avanzando en la fase final del muro fronterizo y estableciendo mecanismos para que los procesos migratorios sean financiados por los propios inmigrantes y no por el contribuyente.
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Se prevé también la deportación de hasta un millón de inmigrantes ilegales por año, junto con la aplicación de nuevas tasas a quienes se encuentren en situación migratoria irregular, lo que permitirá financiar parcialmente las operaciones sin comprometer las finanzas públicas.
La aprobación del “Big, Beautiful Bill” refleja un giro decisivo en la política económica de Estados Unidos. El nuevo presupuesto propone una combinación de alivio fiscal, reducción del gasto improductivo y fortalecimiento de la soberanía nacional. En palabras del propio Trump: “Es hora de que Estados Unidos vuelva a prosperar desde la libertad económica, el orden y el trabajo. Y eso es exactamente lo que este presupuesto logra”.