Un soldado voluntario del Ejército fue encontrado muerto en un predio militar abandonado, en Curuzú Cuatiá, Corrientes. “Me denunciaste, voy a tener problemas en el Ejército”, fue el último mensaje que le envió a su ex novia, quien había decidido cortar el vínculo unas horas antes y realizó una exposición ante la Comisaría de la Mujer.
La investigación se disparó el lunes a las 16.30 cuando una pareja que llegó al predio del ex Batallón de Logística 3 y descubrió el cuerpo de Armando Rafael Miño (21) pendiendo de un trozo de plástico que había anudado a una viga de un tanque de agua en desuso.
La Policía no tardó en llegar al lugar -está a unos cinco kilómetros de Curuzú Cuatiá, sobre el viejo trazado de la ruta nacional 14- junto al fiscal Oscar Cañete y el médico policial Alejandro Lima, quien constató que la muerte había sido reciente.
El cuerpo estaba a unos diez metros de altura, en el pulmón del tanque, y no se hallaron indicios de que el robusto soldado voluntario haya sido víctima de un homicidio.
“Para quitarse la vida utilizó un nylon muy grueso que aseguró a una viga con un trozo de alambre, a unos diez metros de altura”, sostuvo un funcionario que estuvo en el lugar.
En uno de los bolsillos del soldado -al momento del hecho no vestía el uniforme- se halló su teléfono celular. Los policías activaron el aparato y constataron que se trataba de un militar por la foto que tenía como fondo de pantalla.
Miño era de Alen Cué, un inhóspito paraje del departamento La Cruz, y desde hace un tiempo prestaba servicios en el cuartel de Curuzú Cuatiá.
El joven estaba bajo tratamiento psicológico en la unidad militar y estaba de novio con una joven de esa ciudad.
Esta persona sería clave para reconstruir las últimas horas de vida de Miño. Ella había puesto punto final a la relación ese mismo día y se había presentado en la Comisaría de la Mujer para realizar una exposición, con la aparente intención de que Miño no insistiera en retomar el vínculo.
Una oficial de la comisaría intentó comunicarse telefónicamente con el soldado, pero no pudo. Es por eso que le envió un mensaje, notificándole de la presentación de la joven.
Cerca de las 15, Miño le envió un último mensaje a su ex: “Me denunciaste, voy a tener problemas en el Ejército”, le dijo.
Apenas trascendió la muerte de Miño, la mujer llegó hasta el predio del ex Batallón de Logística y desbloqueó el teléfono de quien había sido su pareja hasta hacía unas pocas horas. Allí los investigadores constataron que una de las últimas búsquedas que realizó en Google fue sobre las formas de quitarse la vida.
Fuentes vinculadas a la causa dijeron que una semana antes el soldado había estado en ese predio junto a otros militares realizando tareas de limpieza y se había tomado fotos en la torre donde finalmente puso fin a su vida.
El tanque de agua de lo que fue el predio del Batallón de Logística del Ejército Argentino en Curuzú Cuatiá ya fue escenario de cuatro suicidios.
El lugar no cuenta con cerco perimetral y todos los intentos de la fuerza por evitar el ingreso de civiles resultaron vanos. Cuenta con calles internas asfaltadas y es por eso que muchas personas que viven en la zona rural las utilizan para acortar camino cuando se dirigen hacia la ciudad.
Fuentes judiciales dijeron que no se halló ningún indicio que revele la participación de terceros en la muerte de Miño. Es por eso que, una vez finalizada la autopsia, el cuerpo fue entregado a sus familiares para la inhumación.
EMJ