Este 29 de julio se cumplieron 25 años del día en que el ilustre René Favaloro decidió quitarse la vida. Médico de reconocimiento internacional, creador del bypass coronario y férreo defensor de una medicina solidaria y humanista, dejó antes de morir una carta desesperada al entonces presidente Fernando de la Rúa. Su fundación estaba al borde de la quiebra, y el sistema de salud, inmerso en una lógica de mercado, le daba la espalda. La ayuda nunca llegó.
En el programa «Comunistas», emitido por Bravo TV, se retomó su legado, no solo desde una arista personal y profesional sino como símbolo de una salud pública que ya entonces mostraba signos de un deterioro estructural. La crisis del sistema de salud que se vivía a fines de los años 90, caracterizada por bajos salarios, infraestructura vetusta y una deriva hacia los márgenes del interés político, encarna en la actualidad en otros actores, pero con el mismo resultado: hospitales vaciados, obras sociales al borde del colapso y residentes precarizados.
Marcelo Ramal, Christian Castillo y Esteban Paulón, invitados a la mesa del programa que se emite de lunes a viernes a las 20.30, coincidieron en que lo que Favaloro sintió en carne propia y de forma visceral fue la avanzada de un modelo de tercerización y privatización de la salud que en la actualidad sigue vigente. La desregulación de las obras sociales, el debilitamiento de los hospitales públicos y la creciente dependencia de las prepagas consolidaron un esquema donde el derecho a la salud ha dependido y depende del bolsillo. En palabras de Ramal, «la salida no puede ser capitalista, porque en ese marco siempre se termina ajustando sobre el paciente y los trabajadores de la salud».
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La situación del Hospital Garrahan también fue mencionada. Su vaciamiento, la precarización de sus residentes —quienes sostienen gran parte de la atención diaria— y la falta de inversión ponen en riesgo la atención de niños y niñas de todo el país. “El Gobierno quiere mantener el hospital con trabajo esclavo”, señaló Castillo, en referencia a recientes dichos del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quien justificó el bajo salario de los residentes ya que ser parte del nosocomio significa una «beca con prestigio».
La situación no se limita al sistema público. Las prepagas aumentan tarifas mientras ofrecen un servicio que se deteriora; las obras sociales, quebradas o endeudadas, recortan coberturas; y los sindicatos, lejos de defender a sus afiliados, muchas veces negocian con el Gobierno a cambio de silencio, según se apreció en la emisión.
A 25 años de la desaparición física de Favaloro, su denuncia sigue vigente. El debate por la salud no es solo de índole técnica o presupuestaria, sino política y estructural.
LB / FPT