La caída de la recaudación de impuestos de mayo complicó al Gobierno el cierre de las cuentas del mes, según se puede prever de la ejecución presupuestaria de la Administración Pública Nacional (APN).
De acuerdo con un análisis realizado por la Asociación Argentina del Presupuesto y las Finanzas Públicas (ASAP) los ingresos totales de la APN experimentaron una baja del 17% mientras que los gastos devengados bajaron un 8%.
La pérdida de ingresos se debió a la merma de recursos por el Impuesto a las Ganancias, que en 2024 había tenido ingresos extraordinarios debido al efecto de la devaluación de 2023 sobre los activos.
Por otro lado, también se registró una fuerte baja de las retenciones a las exportaciones, que también se puede adjudicar a que el piso de comparación del año fue más alto, porque para ese momento había fuertes liquidaciones del campo y el BCRA compraba reservas.
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Un tercer elemento que entraría en juego es que el consumo todavía no levanta de manera importante lo que afecta a la recaudación del IVA. Además, el Gobierno dejó de contar con el aporte del Impuesto PAÍS.
Por otro lado, mientras que en los primeros meses del año, el Gobierno venía mostrando incremento del gasto, desde abril comenzó a aplicar nuevamente la “motosierra”. Por lo menos, desde el punto de vista del devengado, según ASAP, en mayo la APN redujo un 8%.
Los datos del base caja del Sector Público Nacional (SPN) serán dados a conocer por el Palacio de Hacienda el próximo miércoles 18 y podría dar un déficit financiero
Cómo viene el ajuste en 2025
Es de recordar que el Gobierno en el presupuesto 2025 que mandó al Congreso y que no se trató por falta de iniciativa del oficialismo había fijado la regla de que en caso de caída de recursos, el gasto tenía que disminuir en la misma proporción.
Recientemente, algunos economistas comenzaron a plantear dudas sobre si el ajuste que está haciendo Javier Milei es sostenible. La reducción del gasto no es producto de una reforma del sector público, sino de la voluntad política. No es posible recortar gasto todos los años, bajo la misma configuración del Estado, por lo tanto, para que sea estructural habría que hacer una reforma completa.
En el primer cuatrimestre, el Gobierno obtuvo un superávit primario equivalente a 0,6% del PBI, versus 0,7% en igual período de 2024. El IERAL, la escuela de negocios de la Fundación Mediterránea, indicó en un reciente informe que “si sigue la tendencia, no deberían existir problemas para alcanzar la meta de superávit primario de 1,6% del PIB en 2025, versus el 1,8% observado el año pasado”.
El IERAL señala que “el ajuste fiscal del primer cuatrimestre de 2024 se explicó en un 36% por la reducción en el gasto en jubilaciones; 11% por la caída en la inversión directa nacional; 9% por los menores subsidios a la energía; 8% por el ajuste en el gasto en personal; y alrededor del 7% por la disminución de las transferencias corrientes y de capital a provincias”.
Como contrapartida, el informe indica que “la composición del ajuste fiscal en los primeros meses de 2025 muestra un perfil muy diferente: un 54% del ajuste se explica por la baja en subsidios a la energía; un 37% por la reducción de las transferencias a familias (sin AUH); y 8% por la merma en las erogaciones de personal”. “El resto de las partidas, en cambio, se recuperaron total o parcialmente en lo que va del año”, sostiene el estudio.