Mientras millones de argentinos viajan al exterior, el turismo receptivo sigue estancado por falta de conectividad, políticas a largo plazo y una propuesta de valor competitiva.
Para hablar sobre este tema, Canal E se comunicó con Leandro Péres Lerea, director de Turismocero.com quien comentó que, “si no vamos a guiar siempre por el tipo de cambio, estamos en un problema”, al explicar por qué el turismo receptivo argentino no logra despegar.
Si bien más de 6 millones de personas salieron del país en el primer trimestre de 2025, solo poco más de 2 millones de turistas extranjeros ingresaron. “Los 20 destinos más visitados del mundo son caros, pero tienen una propuesta de valor que nosotros no tenemos a gran escala”, enfatizó.
Según Péres Lerea, pensar que un tipo de cambio favorable basta para atraer turistas es simplista: “Un brasileño con playa en su país no va a venir a la costa atlántica argentina por barata que sea”.
Conectividad: la eterna deuda
El especialista subrayó que la ubicación geográfica de Argentina impone desafíos adicionales: “Estamos muy lejos de la mayoría del mundo; un viaje acá es una decisión importante, no un fin de semana improvisado”. A esto se suma un sistema de conectividad limitado. “Un turista que llega a Ezeiza y quiere ir a Bariloche tiene que hacer escalas absurdas y pagar vuelos más caros que los internacionales”, señaló.
Aunque valoró ciertos avances recientes, como la mejora de conexiones desde Córdoba y la desregulación del servicio de rampas, aclaró que “todavía hay aeropuertos sin iluminación nocturna” y “micros que hacen viajes de 30 horas, algo impensado en otros países”.
Falta de infraestructura y visión integral
El diagnóstico es claro: “Nunca, desde ninguna gestión, se puso foco real en mejorar la experiencia integral del turista”, afirmó. Mencionó que los esfuerzos provinciales, en lugares como Buenos Aires, Cataratas o Mendoza, son excepciones puntuales.
“Es una cadena: desde el primer taxista hasta el mozo, todos forman parte de la experiencia del turista”, apuntó, destacando que aún falta mucho por profesionalizar y estandarizar.
Además, criticó la falta de apoyo estatal: “El privado ya hizo todo lo que tenía que hacer”, dijo. “Un hotel que quiere cambiar las ventanas para ahorrar energía necesita 50 millones de pesos. ¿De dónde lo saca?”, ejemplificó, marcando la escasez de créditos e incentivos.
Brasil, el cliente más accesible y desaprovechado
Argentina no necesita mirar tan lejos para crecer en turismo receptivo. “Nuestro principal cliente es Brasil, y está al lado”, remarcó Péres Lerea.
“Con ajustes mínimos podríamos traer 800.000 brasileños más por año, eso sería casi el 20% de los turistas extranjeros que recibimos”, explicó.
La clave, según él, está en fortalecer la conectividad aérea regional, ofrecer experiencias atractivas y diseñar políticas sostenidas. “Si no hay políticas a largo plazo, lo que te cuento hoy en un año cambia y estamos en otro planeta”, advirtió.
¿Qué falta para ser competitivos?
Finalmente, Péres Lerea cuestionó que no se considere al turismo como una industria seria. “La industria turística enfrenta los mismos problemas que cualquier otra: falta de crédito, juicios laborales costosos, regulaciones cambiantes”, resumió.
Y sentenció: “Argentina tiene destinos espectaculares, pero no una propuesta integrada ni competitiva”.