Una de las grandes atracciones de este primer amistoso de River era ver a los cinco refuerzos que estuvieron convocados (Driussi y Montiel, en Buenos Aires). Y los hinchas se fueron conformes en ese sentido: a ocho días del debut en el torneo, Gallardo les dio minutos a todos para empezar a probarlos y sacarles el nerviosismo del estreno, más allá de que para algunos haya sido el inicio de un segundo ciclo.
En ese lote entró, por ejemplo, Lucas Martínez Quarta, quien completó los 90 minutos y de a poco se va adaptando a sus nuevos compañeros en la defensa: así como en el primer tiempo tuvo un mal despeje y en el gol de los chilenos quedó enganchado y fue cortinado por Guerra, mostró liderazgo para marcar presencia y tuvo buenas salidas desde el fondo. Además, jugó como segundo marcador central (el primer tiempo con Pezzella) y con su perfil natural (cuando entró Paulo Díaz en el entretiempo).
El otro que inició y tuvo su reestreno fue Enzo Pérez, con la #21 en la espalda y la cinta de capitán en su brazo izquierdo. Y lo cierto es que, más allá de algunos buenos toques dignos de su enorme calidad, se lo vio un poco falto de ritmo y dejando algunos espacios a sus espaldas, algo entendible: recién es el primer partido después de una pretemporada muy exigente, con el nerviosismo de volver a ponerse la camiseta que más ama. Gallardo le puso a Galoppo y a Meza bien cerca en el medio. El partido del martes contra la selección mexicana le vendrá bien para seguir sumando tiempo de cancha.
Justamente, el ex San Pablo se movió como interno por derecha y tuvo algunos buenos aportes: de mayor a menor en el primer tiempo (fue reemplazado en el entretiempo por Simón), se conectó con sus compañeros y ayudó a Enzo en la recuperación, algo que deberá cumplir con creces para poder hacer ese tándem clave para Gallardo en la mitad de la cancha. Con la #34, deja buenos pergaminos para poder ganarse un lugar en el equipo.
Entre los dos que entraron, Gonzalo Tapia -con la #19 que dejó Echeverri- fue el que más actividad tuvo: asistió a Borja en el segundo gol y contó con cinco situaciones para poder marcar en su debut, aunque algunas buenas tapadas del arquero y otras definiciones no tan eficientes le ahogaron el grito. De todos modos, una más que interesante carta de presentación: se mostró muy participativo, siempre pidiendo la pelota y moviéndose por todo el frente de ataque.
En cuanto a Matías Rojas (con la #7), lo más destacado fueron sus pases precisos y las búsquedas para habilitar compañeros: se movió por el centro de la línea de tres volantes ofensivos y, si bien todavía le falta entrar en el ritmo del fútbol argentino luego de unas largas vacaciones y de haber estado en la MLS, dejó buenas sensaciones.
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